miércoles, 24 de octubre de 2012

Outra Cidade Maravilhosa

Todo el mundo sabe que São Paulo es la meca financiera de Latinoamérica y una verdadera metrópolis. Como tal, presenta todo lo que una ciudad de ese tipo debe ofrecer: restaurantes, shoppings y muchos centros culturales. Sin embargo, esas características no fueron las que me llamaron la atención la primera vez que pisé la gran ciudad. Puentes, túneles y grandes autopistas por doquier. Fue, en síntesis, su impresionante infraestructura la que me impactó. "Parece que los puentes estuvieran flotando y nacieran en los edificios", me dijo asombrado una vez un amigo que estuvo de visita. Tal cual. 
En esta ciudad no hace falta caminar demasiado para encontrar impactantes ejemplos de infraestructura urbana. Cada pocas cuadras se erigen puentes, largos túneles atraviesan la ciudad  e infinidad de autopistas unen distantes puntos en pocos minutos.
Este video muestra uno de los accesos al centro de la ciudad e ilustra un poco, sólo un poco, mis palabras.




viernes, 12 de octubre de 2012

En el nombre de Dios

Fui a un colegio religioso. Me bautizaron y tomé la comunión. La confirmación fue siempre un pendiente, pero pienso casarme por Iglesia. No por el vestido blanco y radiante  (aunque estoy segura de que voy a parecer un ángel caído del cielo), sino porque realmente me gustaría que la unión reciba la bendición de Dios. En síntesis, de alguna u otra forma, la religión forma parte de mi vida. Sin embargo, cuando llegué a Brasil, me sorprendí: los brasileros son extremadamente creyentes, y practicantes. Hay templos religiosos desparramados por todas las ciudades, muchos autos presentan leyendas que evocan a Dios y, en general, cuando ellos se despiden de alguien, también hacen alguna referencia religiosa. Hasta ese famoso "Nossa" que dicen cuando se sorprenden tiene una connotación de este tipo, ya que proviene de "Nossa Senhora Aparecida", patrona de Brasil. Al principio me costó acostumbrarme, pero a medida que fue pasando el tiempo, me resultó cada vez más admirable eso de tener tanta fe en algo que, en definitiva, es difícil comprobar en un mundo que con frecuencia se presenta tan hostil.