viernes, 31 de agosto de 2012

Mi elección

No es la primera vez que un brasilero me dice que los argentinos conformamos una sociedad muy politizada. Ya escuché varios relatos sobre taxistas eufóricos poniendo a extranjeros al tanto de la situación política del país. "En Argentina, todos tienen una opinión fundamentada". Comparto. No hace falta que sea época electoral para que la gran mayoría tenga una posición tomada y, en general, respaldada por varios argumentos. Más o menos sólidos, compartidos o no, argumentos al fin. Es que en la política argentina siempre pasa algo nuevo que moviliza hasta al más apático. Siempre. 
Brasil tampoco es ajeno a los vaivenes políticos. Sin embargo, esas cuestiones no resuenan con tanta fuerza en la sociedad. Hace pocas semanas comenzó el juicio por el escándalo del "mensalão", que tuvo lugar durante el gobierno de Lula. Este caso de corrupción es considerado el más importante en la historia de Brasil pero, según reflejan algunos medios, no parece despertar en la sociedad el interés esperado. Es que los brasileros son diferentes. "Nosotros somos más sumisos, no reclamamos nuestros derechos como quizás deberíamos".
La participación del pueblo es fundamental en una democracia. En realidad, es la base de la democracia. Y sí, es verdad que la herramienta más poderosa que tenemos los ciudadanos es el voto, pero considero que con el correr del tiempo algunos funcionarios públicos se olvidan de las promesas realizadas y no viene mal un pequeño "correctivo", hacer escuchar nuestra voz para que sepan que estamos atentos a lo pasa. Pero, obviamente, todo en su justa medida ¿La medida de quién? Lamentablemente, en los últimos años se ha ido perdiendo uno de los tesoros más preciados que puede tener una sociedad: el sentido común. Intereses de todo tipo han contaminado el objetivo principal del pueblo, y de a poco el bienestar ha sido relegado hasta ocupar los últimos puestos en la escala de prioridades. 
No me considero una persona utópica, pero existen seres humanos que todavía me hacen pensar que un cambio es posible. Mientras que muchos políticos ocupan su tiempo tramando las más ingeniosas artimañas para llenarse los bolsillos, humildes mujeres cargan sobre sus hombros la ardua tarea de alimentar a miles de chicos en los barrios más necesitados del país. Yo elijo creer en esa minoría. 

2 comentarios:

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    LAS MUJERES QUE NO ERAN QUIENES DECIAN SER
    autor Alejandro Marin
    www.cortemoslacarajo.blogspot.com
    Novela negra rioplatense.
    Dos amigos, un economista de profesión y cocinero por afición y un comisario ex jefe de Delitos Complejos de la Policía Federal, tratan de desentrañar el misterio del caso que les ha caído entre manos.
    La historia viaja entre Montevideo y Buenos Aires, a veces separada por el río y otras por un desigual contexto, en donde la margen occidental vive estragada por la mentira, la corrupción y la burda vindicación de la violencia. Y un decidido esfuerzo colectivo por negar la realidad de lo ocurrido, en un pasado cargado de arrebato y animosidad contra quien pensaba distinto.
    El relato pinta de cuerpo entero a los personajes centrales que deambulan por los distintos ambientes, que los investigadores tienen que recorrer en la afanosa búsqueda de la verdad.
    Escrito en un estilo ameno, donde no están ausentes ni el humor ni la ironía inteligente, el relato le reserva un pequeño lugar a los avatares de la economía argentina y a la descripción de sabrosas comidas, en casos con sus detalladas historias y recetas. Con la convicción que el buen comer y beber, además de un sano ejercicio para una mejor calidad de vida, también representa una plataforma desde donde aguzar el ingenio y reflexionar sobre los acontecimientos que ayudan a encontrar los secretos que uno persigue.

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